El diseño conceptual es un área muy grande, pero que se detiene un paso antes de que comience la planificación y siempre permanece efímero. Decidir basar toda tu carrera de diseño únicamente en diseño conceptual puede crear muchos problemas.
Veamos cuáles son los errores habituales de esta profesión:
1- No estás limitado por el tiempo o los plazos.
Una de las mayores ventajas de tener una carrera de diseño conceptual es la de poder gestionar el tiempo de forma independiente.
Esto en un primer momento suena bien, y puedes llegar a pensar que el diseño conceptual es una buena salida, pero no es así, por que llevas a seguir trabajando sin parar hasta llegar al resultado deseado. Esto empieza a generar pequeños problemas que, a largo plazo, pueden derivar en situaciones de salud inestables.
Si no hay tiempos de descanso definidos, se tiende a comer de forma poco saludable, dormir poco, no hacer el suficiente movimiento físico, e incluso los pequeños descansos para estirar las piernas se ignorarán.
2- No eres un pensador UX.
Otro gran riesgo es el de no poder pensar en lo practico del proyecto.
Esto se debe a que el diseñador de diseño conceptual, al no tener indicaciones de algún fabricante, desarrollador o jefe, podría decidir sacrificar la usabilidad a la estética, y luego, hacer lo que le da la gana, y todos sabemos muy bien que algo “bello e inútil” no es algo que se pueda utilizar en el mercado laboral si lo que se espera es ser rentable y exitoso.
3- Te conviertes en un ladrón.
Cuando algo está de moda y se vuelve viral, instantáneamente se tiende a copiar ese estilo y crear algo “nuevo” con ello. Evidentemente, una cosa es ir en busca de inspiración y buenas idea, pero otro es solamente copiar el contenido calcado.
Buscar trabajos en otras carteras de diseñadores de conceptos para encontrar inspiración para crear algo propio es un hábito común, pero existe una delgada línea fácilmente traspasable entre; buscar inspiración y robar completamente el contenido de otro.
4- No eres lo bastante competitivo.
Un portafolio de conceptos excelentes es sin duda una buena presentación, pero no es suficiente, de hecho, podría ser una gran desventaja si ninguno de esos conceptos llega a la etapa de desarrollo.
Los clientes ya no están dispuestos a depender únicamente de la creatividad (algo de lo que el diseño conceptual abusa), necesitan algo concreto que puedan probar y usar, y si solo tienes buenas ideas pero ninguna ejecutada, no te serivrá de nada.
5- Te preocupas solo por los me gusta y los recursos compartidos.
Luego está el lado social, pones demasiada importancia a las redes sociales y a la cantidad de comentarios, Me Gusta, compartidos, puntuaciones e interacciones que recibirá tu proyecto. El diseñador conceptual suelve olvidar fácilmente que quien pone me gusta, lo comparte y lo puntúa solo es un usuario, no un cliente potencial.
Y a menos que seas un o una influencer, no vas a cobrar nada por los me gusta o interacciones en tus redes, y no llevarán a encontrar clientes.
6- Tus expectativas son diferentes.
Como resultado de practicar, diseñar cuadrículas perfectas con un diseño atractivo, seguramente tus habilidades gráficas habrán crecido mucho.
Pero no todos los proyectos son iguales y lo que has aprendido en uno, no siempre es replicable en otro. Además, trabajar concepto tras concepto ayudará a crecer, pero también te convertirá en un esclavo de ti mismo.
Cuanto más tiempo pase, más querrás mostrar tus habilidades, obligándote a siempre intentar probar cosas nuevas constantemente.
Esperar construir una carrera partir de likes, auto expectativas o explotándote las 24 horas no es ni realista ni sano. Necesitamos crecer, aprender y trabajar. No se puede vivir esperando la inspiración adecuada y crear algo viral.